Los delitos financieros presentan una amenaza existencial para las instituciones financieras, sus clientes y nuestra sociedad en su conjunto. Desde lavado de dinero y financiamiento de terroristas hasta soborno y tráfico de seres humanos, los delitos financieros debilitan la mismísima base sobre la que hemos desarrollado nuestros sistemas financieros. Las inversiones actuales en IA y biométrica ya han demostrado que son inadecuadas para impedir los delitos financieros. Los ejecutivos de prevención del lavado de activos (PLA) y los que luchan contra el fraude informan un preocupante aumento en los delitos financieros solo el año pasado. BioCatch espera que esa tendencia continúe en 2024 y más adelante.
Los consumidores y, cada vez más, los gobiernos buscan que las instituciones financieras combatan el fraude y eviten los delitos financieros. Los consumidores pasan cada vez más tiempo de sus vidas en línea publicando actualizaciones personales en redes sociales, comprando en sitios de comercio electrónico y pagando facturas, transfiriendo fondos y controlando los saldos de sus teléfonos. Ya no es posible operar sin una identidad digital, lo cual hace que cada uno de nosotros sea vulnerable ante actores maliciosos, que encuentran muchísimas oportunidades de estafarnos en este enorme mundo digital.