La industria de la moda, tal y como la conocemos, funciona de forma casi lineal y consta de tres etapas: tomar, hacer y desechar. Tomamos materiales de la Tierra, hacemos productos con ellos y finalmente los desechamos en forma de residuos. Sostenibilidad significa no utilizar más recursos naturales de los que el planeta puede reponer de forma natural y no producir nada que el planeta no pueda reabsorber de forma natural. Para lograr la sostenibilidad en la cadena de valor de la moda, las compañías deben alejarse del modelo lineal y trabajar para desarrollar sistemas circulares.
En lugar de crear prendas que simplemente son reciclables, la moda circular emplea intencionadamente textiles y tejidos que se diseñan, se obtienen, se producen y se transforman específicamente para ser reutilizados y recirculados durante el mayor tiempo posible. Este sistema de reutilización continua de los materiales hace que los fabricantes reduzcan al mínimo los residuos en la producción y reciclen la mayor cantidad posible. Además, también se hace hincapié en la reducción de la sobreproducción, que consiste en poder prever mejor la demanda de los consumidores.
La moda circular tiene beneficios económicos más allá de los esfuerzos estándar de sostenibilidad, ya que reduce la dependencia de las materias primas importadas, al tiempo que reestructura la economía de la moda.