La mayoría de las organizaciones trabajan para proteger el correo electrónico enviado y recibido por sus usuarios. Pero por cada mensaje de correo electrónico escrito por una persona, los sistemas generan al menos seis más. Son los llamados correos transaccionales: restablecimiento de contraseñas, recibos, facturas, contraseñas de un solo uso, actualizaciones de entrega, recordatorios y similares.

Los mensajes de correo electrónico transaccionales hacen posible la viabilidad de las empresas actuales. Llevan la huella digital de su dominio de correo electrónico de confianza. Y la mayoría de los destinatarios no los cuestionan.

Por desgracia, estos correos electrónicos tampoco son seguros. Quedan fuera de su infraestructura de correo electrónico protegido (por razones técnicas y empresariales válidas). Por lo tanto, son propensos a ser comprometidos por ciberdelincuentes que buscan explotar su dominio y la confianza de sus usuarios.